jueves, 24 de abril de 2008

HACER EL AMOR


El amor es un objeto de las circunstancias,
es un devenir y un movimiento pendular
de lo simple a lo complejo,
de lo concreto a lo abstracto,
de la esencia a la apariencia.

En el caso de los enamorados,
el amor es indispensable
para su unión;
y por ello tiene que existir amor,
tienes que demostrarle tu amor,
es decir, tienes que hacerle el amor.

Hacer el amor,
entendido como el hecho
de demostrar a la persona que amas
el amor que le profesas.

Hacer el amor
es algo más que la cópula
entre dos sexos;
es algo más que un relámpago de placer
en una noche de locura y desenfreno;
es algo más que un simple coito
en un momento de agitación y movimiento.

Hacer el amor es algo más,
mucho más que todo eso.
Para hacer el amor
sólo basta poner en funcionamiento
todas las partes de tu cuerpo,
ya que puedes hacerlo
con tus manos
al acariciarla tiernamente,
con tus labios,
al besarla y sonreírle plácidamente,
con tus ojos,
al mirarla dulcemente,
con tus brazos,
al abrazarla fuertemente
contra tu fuente inagotable de vida y amor.

Por tal razón,
¡Si alguna vez te preguntasen si has hecho el amor?,
¡tranquilo!
respóndeles que sí,
ya que sólo así les responderás con la verdad,
porque… créeme, desde hace mucho tiempo
que cada día de tu vida haces el amor;
es más, lo haces a cada instante;
lo haces con tus manos, con tus labios
con tus ojos,
con tus brazos, con tu corazón y con todo tu ser.

Si me lo preguntasen a mí
simplemente les diría que sí,
que sí he hecho el amor
y que, es más, me encanta que me hagan el amor;
pero sobre todo me encanta hacérselo a él,
me encanta y me fascina hacerle el amor

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